Estos son los dos más grandes estafadores colombianos
Estos son los dos más grandes estafadores colombianos
Fuente: EL TIEMPO (Ver Noticia Original)
Mientras que David MurciaÂestafaba a través de ‘pirámides ilegales’, Juan Carlos Guzmán cambiaba de identidad, se hacia pasar por hijo de una princesa alemana o de diplomático español, para robar y obtener lujos. Dos colombianos con algo común: obtener más de un millón de dólares en actividades delictivas.
Nació en Ubaté, Cundinamarca en 1980. Terminó sus estudios de secundaria en Bogotá, ciudad en la que posteriormente trabajó como empacador en una pastelerÃa. Hasta el 2004 se dedicó a la promoción de videos, labor en la que ganaba 309.000 pesos. También fue camarógrafo y director de producciones televisivas colombianas.
En 2005, fundó en Bogotá la empresa Grupo DMG S.A. Según la FiscalÃa, entre 2007 y 2008, Guzmán recaudó cerca de 2 mil millones de dólares a través de su compañÃa. Sus ‘pirámides’ dejaron más de un millón de personas afectadas.
En noviembre de 2008 fue capturado. En enero del año siguiente fue extraditado a los Estados Unidos. Permaneció hasta junio de 2019 en este paÃs y luego fue deportado a Colombia para cumplir la pena correspondiente a los delitos de lavado de activos agravado y captación masiva y habitual de
dinero.
Actualmente cumple una pena 22 años y 10 meses de cárcel en la prisión Tramacúa, de Valledupar.
Juan Carlos Guzmán
Nació en Roldanillo, Valle del Cauca el 26 de junio de 1976. A sus 16 años viajó hacia Miami abordo de la rueda de aterrizaje de un avión.
Cuando llegó a la ciudad se hizo pasar como huérfano en busca de oportunidades, lo que hizo que los ciudadanos de La FloridaÂlo ayudaran. En agosto de 1994 fue deportado a Colombia, y cuando regresó al paÃs se presentó como sobrino de una ex Primera Dama y ante los medios de comunicación imitó voces y suplantó diferentes personas.
Guzmán es polÃglota habla seis idiomas, fue el estafador colombiano más buscado en el mundo. Aún se desconocen las circunstancias de su captura. Según Le Parisien, diario francés, en 2016, fue hallado culpable por robar joyas de más de 217.000 euros. En 2012 fue entrevistado por la Revista Bocas a la que le aclaró que él no era un delincuente.
«No, no me arrepiento para nada. En mi trabajo solo he robado a millonarios, nunca a gente pobre. No veo nada de malo en eso. He disfrutado haciéndolo y gracias a ello he paseado por medio mundo. Asà que por qué habrÃa de arrepentirme», argumentó.