Los exparamilitares que llevaron a un nuevo juicio a Silvia Gette
En la acusación de la Fiscalía, conocida por Caracol Radio, los exparamilitares Rafael Eduardo Julio Peña, alias ‘Chiqui’; y Yonis Rafael Acosta alias ’28’, exintegrantes del Frente ‘José Pablo Díaz’ de las AUC, le dijeron al ente acusador que el enlace de Gette con los «paras», era el exjefe de seguridad de la Universidad, Juan Carlos Rada, hoy prófugo de la justicia, de quien se dice, habría huido a Argentina.
«Nombre al que al unísonoavalan para señalar que fue esta la persona la que llevó el pedido de muerte al frente…».
Rada, era un paramilitar que nunca se desmovilizó, pero junto con Silvia Gette montó una empresa de carnetización al interior de la Universidad, que en realidad era para carnetizar a empresas de vigilancia que estaban al servicio de los paramilitares.
También fue concluyente el testimonio de Edgar Ignacio Fierro, alias ‘Don Antonio’ y ex jefe del Frente ‘José Pablo Díaz‘, a quien Gette intentó persuadir mediante sobornos. Prueba de ellos fue la advertencia que el excomandante que terminó reflejada en la condena al abogado de Gette, Arcadio Martínez.
Otro de los argumentos clave que tuvo en cuenta la Fiscalía fue la condena a ocho años de prisión a la investigadora del CTI Marta Pinilla, quien siendo funcionaria judicial trabajaba para Silvia Gette y su labor fue comprar testimonios de paramilitares, que favorecieron a la exrectora. entre estos a alias ‘Chiqui‘, alias ‘Coche bala’ y alias ‘Saya‘, quienes confesaron la participación de Silvia Gette en el homicidio de Fernando Cepeda.
«Ciertamente así lo denunciaron los desmovilizados SERGIO LUIS BARRIOS ALEMÁN y ELIECER REMÓN OROZCO, los que además aseguraron que quien los contactó con dicha servidora fue alias ‘Chiqui’. Se trata entonces de declaraciones obrantes al interior de la investigación…que conllevaron a que se iniciara la judicialización de la mencionada investigadora judicial por los delitos contra la misma administración de justicia«. dice el documento.
Concluye la Fiscalía que Silvia Gette, no solamente fue el cerebro de un homicidio, sino que, posteriormente logró articular a varios miembros del bloque norte de las extintas AUC y hasta una exfuncionaria de la Fiscalía para sobornarlos con el propósito de desviar la investigación e inculpar a la esposa de la víctima.