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Desmantelada red familiar dedicada al expendio de alucinógenos en Tunja (Boyacá)

Desmantelada red familiar dedicada al expendio de alucinógenos en Tunja (Boyacá)

 

Fiscalía General de La Nación

 

Fuente: FISCALIA (Ver Noticia original)

La banda Los Pericos, dedicada a la distribución de alucinógenos en el nororiente y centro de la capital de Boyacá, fue desarticulada por la Fiscalía General de la Nación.

Sus ocho presuntos integrantes entre los que se encuentran Olga Nidia González León, líder de la organización; sus hermanos Brayan Stiven León Pérez y Daniel González León; Orlando Iván Cañón Peña; la pareja conformada por Ana Clara Moyano Parada y Orlando Santiago Cuervo ─quienes proveían los alucinógenos para su distribución─; su hijo Haminton Norvey Caro Moyano, y César Manuel Niño Torres, un taxista que se desempeñaba como el  conductor de los proveedores, deberán responder por los delitos de concierto para delinquir, tráfico, fabricación y porte de estupefacientes.

Adicionalmente a Olga Nidia González León se le imputará el punible de uso de menores para la comisión de un delito; y  a Haminton Norvey Caro Moyano, capturado en flagrancia, cargos por fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego o municiones.

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Así cayeron

En 2016 la comunidad informó a las autoridades sobre una banda que desde hacía un tiempo estaba distribuyendo estupefacientes como marihuana y bazuco en algunos barrios de Tunja por lo que se inició la investigación.

Pese a la pronta identificación de las personas que conformaban la red, el extremo cuidado con el que la cabecilla de la organización realizaba la comercialización y distribución de las sustancias exigió esfuerzos significativos en la recolección de elementos materiales probatorios.

Un agente del CTI fue la pieza clave. Tras tres meses de investigación, fue posible determinar cómo actuaban Los Pericos.

Bajo la fachada de prestamista gota a gota,  González León sería quien recibía las llamadas de sus clientes reconocidos y realizaba a domicilio las entregas de cada dosis mientras que sus hermanos se dedicaban a dosificar las sustancias y en muy pocas ocasiones, y solo a clientes de confianza, realizaban entregas.

La mayoría de las entregas eran efectuadas por el hombre de confianza de la líder de la organización; sin embargo, en algunas ocasiones esta tarea también habría sido cumplida por uno de los seis hijos de González León, de 14 años de edad.

Los Pericos eran reconocidos por la alta calidad de los productos estupefacientes que comercializaban y que eran proporcionados por sus proveedores de confianza quienes también hacían sus entregas a domicilio utilizando el servicio de trasporte de taxi como fachada para no ser judicializados por las autoridades.

De acuerdo con las investigaciones esta banda estaba comercializando alrededor de 800 dosis semanales lo que le representaba ganancias de cerca de 4 millones semanales.

 

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