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Procuraduría ordenó practicar pruebas por posible despojo en la Triple A de Barranquilla

Procuraduría ordenó practicar pruebas por posible despojo en la Triple A de Barranquilla

Fuente: EL ESPECTADOR (Ver Noticia Original)

El Ministerio público indaga sobre cómo el Canal de Isabel II, a través de su filial Inassa, se hizo al 60% de las acciones.

La Procuraduría General de la Nación decidió abrir indagación preliminar en la Triple A de Barranquilla en contra de autoridades administrativas del Distrito de Barranquilla, con el propósito de establecer si hubo actos de corrupción e irregularidades.

Puntualmente, el Ministerio Público investiga, “la forma como el ente territorial fue diluyendo su participación accionaria en la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla S.A. E.S.P, mientras que uno de sus accionistas, Inassa, obtenía el control societario”.

Dentro del proceso el organismo de control a través de la Delegada Primera para la Contratación ordenó “la práctica de pruebas en la Alcaldía de Barranquilla, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado y otras públicas y particulares que han tenido relación con los hechos investigados”.

Los funcionarios esperan esclarecer además cómo el Canal de Isabel II, a través de su filial Inassa, se hizo al 60% de las acciones.

(Lea aquí: Acueductos contaminados por la corrupción)

La Triple A nació siendo el  85 % del Distrito y en 15 % de privados, en cabeza de los gremios de la ciudad. Como, de hecho, era la concesionaria para la explotación de los activos públicos de la antigua entidad, se tasó un alquiler mensual, una forma de regalía  y el pago de una deuda contraída por la EPM. Tales montos fueron fijados sin que mediara un avalúo serio del valor cierto de lo entregado para usufructo.

En 1994 se decidió entregar en concesión el aseo a una empresa de William Vélez, Aseo Técnico, pero sin que el nuevo concesionario hiciera un mayor aporte, ya que arrancó trabajando con los antiguos equipos de EPM. Se fijó inicialmente un plazo de siete años, que Vélez logró prorrogar  hasta 2018. La adjudicación constituye, apenas iniciándose, el primer gran despojo a la Triple A, puesto que no cumplió las normas legales de contratación pública. En 1996, año del quiebre, aparecieron en escena los españoles. Como ostentaban fama de “socios calificados y operadores”, la Triple A decidió facilitarle a Interamericana de Aguas y Servicios (INASSA) el 43,3 % de la propiedad y, de ñapa, la concesión. La firma pertenecía a Aguas de Barcelona, con el 51 %, y al Grupo Gerlein, con el 49 %. Como consecuencia, Barranquilla quedaba sólo con el 50 % de la Triple A, INASSA con el 43,3 % y un grupo de privados nacionales con el resto, un 6,7 %.

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