Las ganancias billonarias del contrabando, el gran ‘lavadero’ de los narcos

Desde Santander Lopesierra, el poderoso ‘Hombre Marlboro’ que en los 90 terminó extraditado por narcotráfico a los Estados Unidos y que en los últimos años volvió a sonar por cuenta de la plata que, según la Fiscalía, su familia le habría dado a Nicolás Petro, los colombianos no habían asistido al destape del poder de un ‘zar del contrabando’ como el que ahora se le atribuye a Diego Marín Buitrago.

Y no son poderes siquiera comparables. Diego Marín, alias ‘Papá Pitufo’, ya era un capo en el negocio en la época de mayor apogeo de ‘Santa Lopesierra’ (que alcanzó a llegar al Congreso antes de quedar en la mira de los EE.UU.), y siguió de largo hasta convertirse, según fuentes judiciales y policiales, en uno de los mayores poderes corruptores en las altas esferas de la Policía y en el mundo de la política.

Y no solo en Colombia. Uno de los hombres más respetados en la lucha contra el contrabando y la evasión en el país cuenta que hace poco más de una década todo estaba listo para que ‘Papá’ Pitufo’ terminara pedido en extradición por una corte federal por sus negocios en el contrabando y en el lavado de dinero.

Esa operación inexplicablemente terminó en una exculpación de Marín, que años después terminaría siendo, precisamente, pieza central en la historia de José Irizarry, señalado como el ‘agente más corrupto en la historia de la DEA’ y quien fue condenado por la justicia de su país por fraude y lavado de dinero.

Alias como el de Papá Pitufo, el Bendecido o ‘Millos’ suenan hace años en el complejo mundo del control de los puertos y terminales aéreos en Colombia. Por años, también, lograron evadir la acción de las autoridades. Por eso el expediente que tiene hoy a Diego Marín a punto de ser extraditado a Colombia genera tanta expectativa.

El proceso que tiene la Fiscalía General en su contra y en la de sus principales socios como Ricardo Orozco, alias el Bendecido, y Juan Francisco Solano, alias Pacho o Millos, dice que habrían entregado en 2023 cerca de 1.000 millones de pesos a oficiales de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) para que no se atravesaran en sus negocios.

De acuerdo con fuentes consultadas por este diario, esa cifra –que se habría concretado en 13 entregas documentadas con grabaciones de los agentes encubiertos– no es nada a la que realmente se maneja en ese mundo oscuro. Es decir, esto deja ver apenas la punta del iceberg de un escándalo de grandes proporciones que lleva a pensar en otros nombres como el de Ómar Ambuila, exfuncionario de la Dian extraditado a Estados Unidos por sus nexos con la misma red del contrabando, en el capítulo de Buenaventura.

Sobre el tema, un funcionario de la Fiscalía que prefirió no dar su nombre manifestó que las redes de gran escala como la que le sindican a ‘Papá Pitufo’ podrían mover 1.000 millones de pesos a la semana en solo sobornos, dando a entender el tamaño de lo que dejan las ganancias que deja este negocio, que es a la vez la principal vía de lavado de activos del narcotráfico.

“En Colombia el contrabando no es un negocio de un grupo de personas que traen una mercancía, la venden y ya. Hoy en día está relacionado directamente con el narcotráfico y el lavado de activos. Las cifras de contrabando en Colombia se acercan a 8.800 millones de dólares; eso equivale al 10 por ciento de las mercancías que se consumen en el país”, le explicó a EL TIEMPO el exdirector de la Dian Lisandro Junco.

Otros conocedor de delitos económicos y que quiso manejar su identidad bajo reserva –por los procesos que lleva como abogado– le explicó a este diario que casos a gran escala por puertos del Caribe y el Pacífico como el que le imputaron a Diego Marín hacen parte de lo que se conoce como contrabando técnico: “se hacen adulteraciones en los manifiestos de aduana que traen, por ejemplo, para San Andresito. Registran 1.000 pares de zapatos de marca pero entran 5.000 a los que no le pagan aranceles”.

Eso también pasa con textiles, computadores, celulares y otros dispositivos que, advirtió, se encuentran en conocidos almacenes de ciudades como Bogotá.

Otra modalidad que también manejan los delincuentes con ayuda de agentes sobornados es la de saltarse totalmente el control aduanero, dejando de pagar cualquier tipo de arancel, fórmula mayoritariamente usada en las fronteras. En la base de datos de la Fiscalía, aparece que el año pasado se abrieron 379 procesos por dicho delito, siendo noviembre y diciembre los meses con más movimiento.

Además, que la mayoría de radicados que cursan allí son producto de denuncias de la ciudadanía, con un 84 por ciento; seguido de los actos urgentes o por casos de oficio o informes de terceros.

La mezcla delictiva

El contrabando es usado en Colombia hace ya más de 50 años por los narcos para entrar su plata al país. El negocio de la cocaína genera unas divisas en el exterior que se transforman en mercancías que entran por los puertos a través de corrupción y también de la subfacturación. Además del crecimiento del crimen organizado y de la corrupción, la competencia desleal contra la industria nacional es otro de los daños que genera el contrabando.

Es un flagelo que siempre muta y con el que se combate desde diversas instancias del Estado. Esas mismas instancias son también blanco permanente de los delincuentes. Una fuente del Congreso asegura, por ejemplo, que detrás del interés de algunos políticos por lograr influencia en las comisiones segundas se esconde el interés de decidir sobre los ascensos policiales, incluidos los jefes de intancias claves en la lucha contra el contrabando como Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) y la Policía de Carreteras. A su vez, una silla en las comisiones económicas abre puertas de influencia sobre la Dian, el órgano central en esta lucha.

El impacto económico

El contrabando es un flagelo que golpea muy fuerte no solo porque a través de este se evade el pago de impuestos, sino porque genera informalidad de la economía, afecta a la industria nacional, fomenta el desempleo y crea competencia desleal en el comercio.

Un reciente análisis de este fenómeno llamado Panorama del contrabando en Colombia 2024, y elaborado por la Dian, permitió establecer un poco de lo que habla el exdirector Junco: que del total de productos que ingresaron a Colombia entre el 2018 y el 2023, cerca del 10 por ciento lo hizo de manera ilegal, es decir, sin el cumplimiento de los requisitos de ley ni los controles de las autoridades aduaneras.

En ese mismo periodo, el valor de las mercancías que ingresaron a Colombia de contrabando alcanzaron un valor de 41.430 millones de dólares, lo que arroja un promedio que entre los años 2018 y 2023 ingresó a territorio colombiano lo hizo de manera ilegal, de acuerdo con un reporte elaborado por la Dian. son desde los que se envía el 80 por ciento de la mercancía ilegal que llega a Colombia. China aparece con el mayor registro de despachos. de 6.900 millones por cada uno de estos años, siendo la subfacturación –o contrabando técnico– la modalidad más utilizada, que no es otra cosa distinta que la declaración de importación con información errada.

Ante esta situación, los comerciantes sostienen que el daño que los contrabandistas le hacen al país es inmenso. “Colombia está inundada de contrabando”, comentó Eduardo Visbal, vicepresidente de Comercio Exterior y Sector Automotor de Fenalco, quien agregó que mientras el comercio formal paga todos sus impuestos y cumple con todos los trámites de ley, quienes se dedican a esa actividad ilegal no lo hacen. Y como si lo anterior no fuera suficiente, el directivo señaló que “las autoridades están haciendo todo por incrementarle la rentabilidad” a dicha actividad.

El problema para los comerciantes se ha agrandado con el surgimiento de las plataformas internacionales de comercio electrónico como Temu, Alibaba, Shein, entre otras, las cuales para ellos son una competencia ilegal y desleal con el comercio organizado.

El análisis elaborado por la Dian muestra, de hecho, que el mayor volumen de mercancía de contrabando (el 28 por ciento) proviene de China. No obstante, el 80 por ciento de paquetes que entran de manera ilegal se despacha de un listado de 17 países.

“China es el principal país de donde provienen mercancías que ingresan de contrabando, con un valor promedio de 2.119 millones de dólares anuales entre 2018 y 2022. Cerca del 30 por ciento del total del contrabando que entró a Colombia en esos cinco años llegó desde ese país. Después se encuentran Estados Unidos y Bolivia, cada uno con un contrabando anual promedio de 588 millones de dólares y una participación cercana al 10 por ciento”, se lee en el informe.

Por otro lado, aunque al país ingresa todo tipo de mercancía de contrabando, las confecciones y el calzado son dos de las categorías preferidas por quienes realizan esta actividad ilegal, que sigue creciendo y dejando pérdidas millonarias al comercio, la industria y la economía en general.

De hecho, en las audiencias realizadas el año pasado contra la red que lideraría ‘Papá Pitufo’, la Fiscalía detalló que entre los productos que movían aparentemente de manera irregular por los puertos de Buenaventura y Cartagena estaban los textiles y el calzado.

Los textileros

Una de las industrias más afectadas por esta práctica ilegal es la de textiles y confecciones. El análisis elaborado por la aduana da cuenta de que en promedio, cerca del 20 por ciento del valor de los textiles que entraron al país entre 2018 y 2022 fue contrabando.

Y advierte que ese porcentaje duplica el del total de productos. En 2022, ingresaron a Colombia textiles por 2.788 millones de dólares, de los cuales 672 millones tuvieron irregularidades en el proceso. “En 2023, las materias textiles y las confecciones fueron los principales productos sometidos a medidas cautelares por la Dian en los controles aduaneros, y representaron un 25,4 por ciento del valor total de las aprehensiones de mercancía sospechosa de haber ingresado ilegalmente al país”, indicó la entidad.

Para mitigar el impacto que esto ha generado en la economía, los empresarios llamaron a las autoridades gubernamentales a adoptar una política más agresiva de lucha contra el contrabando, la cual no debe estar enfocada en la imposición de altos aranceles a ciertos productos que llegan del exterior porque eso termina siendo un estímulo al contrabando.

“Es muy ingenuo pensar que subiendo aranceles al 40 por ciento iba a florecer la producción nacional; todo lo contrario, desde la entrada en vigencia de esa iniciativa del Gobierno, en diciembre de 2022, llevamos 2 años de caída”, explicaron desde el gremio de los comerciantes.

Por eso, señalaron que una de las maneras de combatir la práctica ilegal, sobre todo con productos textiles, es bajar los aranceles de las confecciones del 40 por ciento a los niveles iniciales del 15 por ciento. “Si uno quiere controlar el contrabando y hay casos en que se ha demostrado, hay que bajar los aranceles, disminuir las regulaciones y hay que quitarle la discrecionalidad excesiva a los funcionarios aduaneros”, recomendó Visbal.