Denuncias de Álvaro Uribe y Bancóldex desencadenaron investigación contra Alex Saab
Denuncias de Álvaro Uribe y Bancóldex desencadenaron investigación contra Alex Saab
El senador Álvaro Uribe, Bancóldex y la DEA le pidieron a la Fiscalía que le siguiera la pista al empresario barranquillero, recién detenido en Cabo Verde y pedido en extradición por EE. UU. Detalles del escrito con el que el ente investigador lo llamó a juicio por lavado de activos.
El origen de la investigación que abrió la Fiscalía colombiana contra Álex Saab, quien hace unos días fue detenido en Cabo Verde (África), tiene nombre y apellido: Álvaro Uribe Vélez. De acuerdo con el ente investigativo, cuando Saab era tan solo un reputado empresario —hoy lo señala Estados Unidos de ser testaferro del régimen de Nicolás Maduro—, al correo electrónico del expresidente Uribe comenzó a llegar información sobre posibles importaciones ficticias entre Ecuador y Venezuela con Saab y su empresa Fondo Global de Construcciones de por medio. Uribe la remitió a las autoridades y con ella, en 2013, arrancó todo.
Según el documento, los correos que recibió el senador Uribe indicaban que Fondo Global de Construcciones, la cual proveía materiales de construcción a Venezuela, “podría ser una de las lavadoras de dinero de las Farc”. Para entonces, la Fiscalía colombiana ya estaba familiarizada con Saab, pues el Banco de Comercio Exterior (Bancóldex) lo había denunciado por estafa unos años atrás. El escrito de Bancóldex aseguraba que, en 2009, el empresario realizó una movida para engañar a la entidad y cobrar el dinero de una factura mintiendo “sobre la veracidad de la operación”.
Las sospechas seguían creciendo y varios periodistas de investigación, como los del portal venezolano Armando.Info, comenzaron a seguirle la pista al empresario. Para 2018, las autoridades ya le respiraban en la nuca. En abril de ese año, la Drug Enforcement Agency (DEA) le envió una alerta más a la Fiscalía en la que señalaba que tenían conocimiento de “unas personas de descendencia libanesa que se dedican a la creación de empresas las cuales utilizan como fachada para invertir grandes sumas de dinero de dudosa procedencia”. Saab, según la agencia estadounidense, era el “jefe de la organización”.
Una de las primeras cosas que advierte la Fiscalía en el escrito de acusación es el “crecimiento económico inusual” que tuvo Shatex entre 2007 y 2009. Aunque en los tres años anteriores, de 2004 a 2006, sus ingresos habían mermado en más del 33 %, la compañía tuvo un repunte súbito desde 2007 y creció casi 10 veces (un 923 %). En 2010 la empresa dejó de existir materialmente, como reveló el revisor fiscal Róbinson Ruiz Guerrero en su carta de renuncia. Sin embargo, siguió operando y ese mismo año, por ejemplo, realizó exportaciones por más de $530 millones, que no declaró en renta, y en 2011 sacó de Colombia $2.040 millones a través del mercado cambiario.
Uno de los puntos más contundentes es el modus operandique detectó Estados Unidos: el esquema de importaciones y exportaciones ficticias que, al parecer, utilizaron Saab y sus socios para mover dinero a su antojo. Por ejemplo, según la Fiscalía, los documentos demuestran que entre 2004 y 2008 Shatex realizó compras en el extranjero por poco más de $9.000 millones. No obstante, en los registros de las transferencias el ente investigador encontró que la compañía de Saab terminó sacando de Colombia divisas que casi que cuatriplican ese valor: más de $35.248 millones. Una diferencia entre lo que compró y lo que pagó de más de $25.000 millones.
Las inconsistencias en los registros de Shatex continúan, según reza el documento de acusación. La Fiscalía encontró, igualmente, que Saab habría ingresado US$16 millones (unos $35.000 millones en su momento) desde Venezuela a Colombia por concepto de “reintegro de divisas por exportaciones”. Como si le estuvieran pagando por lo que exportó. Sin embargo, el ente investigador encontró que los compradores internacionales no concuerdan con los nombres que Shatex registró en las declaraciones de exportaciones. Y esos dineros, posteriormente, fueron sacados de Colombia a través de “pagos anticipados de importaciones”.
ario barranquillero, junto con el gerente de la empresa, Julio César Ruiz; el contador Devis José Mendoza, y el revisor fiscal, Róbinson Ruiz, ayudaron a “invertir, transformar y administrar bienes dándoles apariencia de legalidad a estos dineros encaminada a ocultar la procedencia ilícita del dinero con el propósito de posteriormente obtener un provecho ilícito con actividades de exportaciones e importaciones ficticias utilizadas”.
Mientras tanto, Saab continúa bajo custodia de las autoridades de Cabo Verde. Su futuro judicial se volvió toda una discusión geopolítica, en la que Estados Unidos y Venezuela tienen todo que ver.