El rastro de la reventa de boletas para las eliminatorias a Rusia
El rastro de la reventa de boletas para las eliminatorias a Rusia
Fuente: EL TIEMPO (Ver Noticia Original)
Investigación de SIC, que está pendiente de fallo final, pone contra las cuerdas a Ramón Jesurún. En una oficina del 4.º piso del edificio de Camacol, en el norte de Barranquilla, funcionó durante varios días de mayo del 2017 el que puede ser el mayor punto de reventa de boletas en la historia del país.
Eran las codiciadas entradas para el partido Colombia-Brasil en las eliminatorias para el Mundial de Rusia, y esa sola operación ilegal habría dejado en manos de sus cerebros una ganancia ilegal de casi 4.000 millones de pesos.
Eso es lo que dice la Superintendencia de Industria y Comercio en la investigación por violación a la libre competencia que tiene contra las cuerdas a Ramón Jesurún, el poderoso presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, y a varios de sus pares en la alta dirigencia de ese deporte.
La investigación de la SIC –que empezó con el famoso escándalo de las boletas para ese partido que supuestamente debían ser puestas a disposición del público por la firma Ticket Shop, pero que en realidad fueron desviadas para la reventa– encontró que 14.207 entradas fueron negociadas clandestinamente en los días previos al partido. A precios oficiales, esas boletas habrían valido 2.857 millones de pesos.
Pero en documentos contables que forman parte del expediente quedó consignado que el que la Super llamó “primer eslabón de la reventa” (los compradores se llevaban 100 o más boletas que después, a su vez, revendían a mayor precio) movió una cifra cercana a los 7.000 millones. Es decir, en ese solo partido, las ganancias ilegales para las señaladas cabezas del fraude superaron los 4.000 millones.
Al menos 3.937 boletas del partido Colombia-Argentina, 3.372 del partido Colombia-Ecuador y 4.269 del juego con Uruguay, todos en la misma eliminatoria, también terminaron negociadas en la reventa, según el documento de la delegada para la Protección de la Competencia, cuyas conclusiones pasan ahora a manos del jefe de la entidad de control, Andrés Barreto González.Yamhure, clave
Lo que dice la investigación –que también tiene un capítulo en la Fiscalía– es que las firmas Ticket Shop y Ticket Ya habrían obtenido irregularmente en el 2015 el codiciado contrato para comercializar las entradas de los partidos de la Selección Colombia en Barranquilla, rumbo al mundial del 2018.
En el proceso se documentó que incluso antes de que se abriera la convocatoria, los socios de Ticket Ya buscaron a un operador de boletería reconocido (Ticket Shop) para proponerle que prestara su experiencia para quedarse con un millonario negocio, dijeron, casi asegurado.
Según el documento, la Federación Colombiana de Fútbol y las dos firmas “construyeron un falso escenario de competencia entre los operadores de la boletería” que terminó favoreciendo a un operador (Ticket Shop y Ticket Ya) que habría recibido información privilegiada y que además no resultó ser el de la mejor oferta económica y técnica.
Con la colaboración de las cabezas de Ticket Shop, que buscaron beneficios, la Superintendencia asegura que los dueños de Ticket Ya eran muy cercanos a las cabezas de la Federación.
Escogieron de manera falaz y contraevidente la oferta de Ticket Shop
La sofisticada operación, además de “excluir a los diferentes competidores del mercado”, buscaba “ejecutar la desviación masiva de boletería para la reventa”. Esto, con la supuesta intervención de ‘zares’ del fútbol como Jesurún, el hoy preso en Estados Unidos Luis Bedoya (antecesor del anterior en la Presidencia de la Federación) y Álvaro González, entre otros.
La Fiscalía, en el proceso contra los privados que participaron en el negocio, reveló que el exmiembro de la Federación Jorge Perdomo (también investigado) aseguró que circulaban versiones de supuestas coimas de a mil millones de pesos que habrían recibido Jesurún, González y Bedoya. Esa versión ha sido negada por los dirigentes del fútbol.
La delegada de la SIC recomendó que se declare responsables administrativamente a los miembros del Comité Ejecutivo de la Federación en el 2015 (González, Jorge Fernando Perdomo, Alejandro Hernández, Claudio Javier Cogollo y Elkin Enrique Arce) por “aportar al desarrollo y consolidación del acuerdo anticompetitivo que terminó en la exclusión de competidores y en la posterior reventa masiva de boletas”.
La SIC les reprocha que “tuvieron a su disposición y no revisaron ninguna de las propuestas” de la convocatoria y que desconociendo informes de asesores de la misma Federación “escogieron de manera falaz y contraevidente la oferta de Ticket Shop”. En el proceso se hallaron registros de boletería destinada a Perdomo, González y Jesurún sin aparente justificación.
De Luis Bedoya, el proceso dice que desde un primer momento movió los hilos para favorecer a las firmas que ganaron el contrato y que “ejecutó todos los actos a su alcance para que se materializara la reventa de boletas”. Y contra el actual presidente de la Federación sostiene que “conoció y avaló” las irregularidades tanto en la adjudicación del negocio como en la comercialización de la boletería.
Están documentadas varias reuniones de Jesurún con Elías José Yamhure Daccarett (el señalado cerebro del entramado y viejo conocido suyo) y con Rodrigo de Jesús Rendón Cano (polémico dirigente del fútbol que falleció el año pasado). Ellos eran los socios de Ticket Ya.
En el expediente hay decenas de documentos internos que acreditan la entrega de miles de boletas de la eliminatoria a Yamhure, y registros de sus citas en la Federación (varias veces, con Jesurún) para las mismas fechas.
David Alberto Romero Vega, otro hombre relacionado con el negocio del fútbol, también está señalado por la Súper como partícipe en “temas relacionados con el desvío masivo de boletería”. Tanto los funcionarios de la Federación como los empresarios aseguran que la SIC no tiene competencia y que el contrato no se rige por las normas de la contratación pública, por lo que podía ser entregado discrecionalmente.