Expresidente de Honduras se declara inocente y exjefe de policía es extraditado a EE.UU.
Expresidente de Honduras se declara inocente y exjefe de policía es extraditado a EE.UU.
Fuente: INSIGHT CRIME (Ver Noticia Original)
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández se declaró inocente de cargos de narcotráfico el mismo día en que un conocido exdirector de policía de Honduras fue extraditado a Estados Unidos —una extraña confluencia de eventos que dan cuenta de la transformación del país en un narcoestado—.
Hernández presentó su declaración de no culpable en una audiencia de imputación de cargos en una corte federal de Nueva York el 10 de mayo frente al juez Kevin Castel. Los fiscales estadounidenses acusan a Hernández de un cargo de conspiración para importar cocaína, alegando que era parte de una red de tráfico internacional que traficó 500 toneladas de cocaína durante dos décadas.
Los fiscales dicen que las evidencias con las que cuentan incluyen grabaciones, datos de dispositivos electrónicos, información de redes sociales y evidencias físicas, según informó Univision.
Juan Orlando Hernández ha negado repetidamente cualquier vínculo con el narcotráfico. Tras su extradición hace unas tres semanas, proclamó su inocencia en una declaración en video.
Casualmente, la audiencia se produjo la misma mañana en que el exdirector de la Policía Nacional de Honduras, Juan Carlos Bonilla Valladares, mejor conocido como “El Tigre”, fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos de narcotráfico en el mismo tribunal de Nueva York.
Los fiscales acusaron a Bonilla en 2020, alegando que usó su posición para facilitar el paso de la cocaína y para proteger a “traficantes con conexiones políticas con los que se alineó”, entre ellos el presidente Hernández y su hermano, Tony, quien fue condenado por tráfico de estupefacientes en 2019.
Hernández, quien sirvió dos mandatos como presidente de 2014 a 2022, está acusado de recibir millones de dólares en dinero de la droga de parte de algunos de los traficantes más prominentes de su país, incluidos Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo”; Amílcar Alexander Ardón, exalcalde; Geovanny Fuentes Ramírez, quien presuntamente le proporcionó acceso a un laboratorio de cocaína; y su hermano.
Los fiscales sostienen que Hernández incluso mandó a su hermano a que le recibiera un soborno de US$1 millón al capo del Cartel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”. Los fiscales también acusan a Hernández de financiar sus campañas políticas y sobornar a funcionarios electorales con dinero de la droga.
El expresidente hondureño fue extraditado a Estados Unidos el 21 de abril. Su acusación y extradición fueron el culmen de una estrepitosa caída, que es sorprendente tratándose de Hernández, quien alguna vez fue considerado un aliado de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y luego se convirtió en objeto de repetidas acusaciones por parte de los fiscales estadounidenses, quienes lo señalan de vínculos con el narcotráfico.
Análisis de InSight Crime
Las escenas consecutivas de un expresidente en la corte y un exdirector de policía dentro de un avión de la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA) son un claro ejemplo de que el dinero de la droga se infiltró en los más altos peldaños del gobierno y los organismos de seguridad de Honduras.
Irónicamente, cualquier relación que ambos hayan tenido con funcionarios estadounidenses podría complicar sus casos si van a juicio, y a la vez serían motivo de vergüenza para el gobierno de Estados Unidos si esas relaciones se hacen públicas.
Los abogados defensores de Juan Orlando Hernández ya han señalado que planean buscar evidencia de su cooperación con funcionarios estadounidenses e investigar a los traficantes convertidos en testigos que probablemente comparezcan en el caso.
La defensa de Hernández ha pedido a los fiscales que revelen toda la información que pueda impugnar el testimonio del juicio de un testigo del gobierno, según un documento judicial.
Los abogados del expresidente, por su parte, hicieron la escandalosa afirmación a Univisión de que planean llamar a los expresidentes estadounidenses Barack Obama y Donald Trump, así como al actual presidente Joe Biden, para hablar sobre la colaboración de Hernández con el gobierno de Estados Unidos durante su mandato.
Uno de los miembros de su equipo de defensa, Jay Levy, dijo al medio de comunicación que Hernández realizó una visita en 2017 a la sede de la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency, CIA), donde recibió documentos de seguridad nacional a pesar de que supuestamente estaba siendo investigado.
En cuanto a Bonilla, su abogado en Honduras, Ramón Matamoros, dijo a HRN Radio que su cliente planea declararse inocente, diciendo que la DEA y los fiscales estadounidenses no tienen evidencia que demuestre que Bonilla participó en el tráfico de drogas.
Las acusaciones penales contra cada uno de los hombres indican que ambos casos están relacionados, y se ha especulado que Bonilla podría convertirse en otro testigo cooperante en el caso contra Hernández, quien está acusado de usar a la policía y el ejército para proteger los cargamentos de drogas.
Según la denuncia contra Bonilla, Hernández “ayudó a Bonilla a avanzar en su posición dentro de la Policía Nacional de Honduras” cuando el expresidente fue jefe de la legislatura entre 2010 y 2013. A cambio, Bonilla protegió sus actividades de narcotráfico y las de su hermano, según sostienen los fiscales.