Irregularidades en planta de etanol en Meta lleva a 12 directivos a juicio disciplinario
Irregularidades en planta de etanol en Meta lleva a 12 directivos a juicio disciplinario
Fuente: el espectador (Ver Noticia Original)
La Procuraduría formuló cargos contra 12 miembros de la junta directiva, gerentes y representantes legales de Bioenergy (filial de Ecopetrol), que habrían incurrido en un detrimento patrimonial cercano a los $41.000 millones por supuestas irregularidades durante la construcción de la planta de etanol El Alcaraván, en Puerto López (Meta). Lea aquí detalles claves de este proceso.
La construcción de la planta de etanol El Alcaraván, en Meta, propiedad de la empresa Bioenergy -filial de Ecopetrol-, ha sido todo un dolor de cabeza tanto en instancias nacionales como internacionales. Durante el proceso, la Contraloría dijo que el proyecto era inviable, hubo un pleito entre Bioenergy y la constructora española Isolux Corsal en un Tribunal de Arbitramento en EE.UU. y, ahora, la Procuraduría formuló cargos contra 12 miembros de su junta directiva, gerentes y representantes legales por un presunto detrimento patrimonial de $41.125′117.008.
“El Procurador Delegado para la Economía y Hacienda Pública resuelve primero: formular pliego de cargos (…) en su calidad de Gerentes Generales y Representantes legales principales y suplentes, de Bioenergy S.A., por los hechos relacionados en la parte motiva de esta decisión, que son consecutivos de falta gravísima, cometido a titulo de culpa gravísima”, determinó la Procuraduría en el documento conocido por El Espectador, tras analizar la actuación de los procesados en el escandalo de corrupción de El Alcaraván.
El contrato entre Isolux y Bioenergy rezaba que todo estaría listo para 2012, pero el proyecto estuvo paralizado y finalmente entró en operaciones en 2017. Un año después, la Contraloría encontró que la modalidad de contratación Llave en Mano -pago contra factura- desembocó en que la obra costara el doble de lo presupuestado y alcanzara la cifra de US$778 millones. Algo similar a lo que ocurrió con la planta de refinamiento de Ecopetrol en Cartagena, Reficar, cuyos sobrecostos, según la Fiscalía, sobrepasaron los $600.000 millones. “Isolux no ofrecía certeza sobre el cumplimiento de los requisitos determinados en el pliego de condiciones referentes al tipo de contrato, objeto, obligaciones contractuales”, determinó en su momento el órgano de control.
“El ente de control cuestionó a los investigados [Bioenergy] la presunta omisión de solicitar la terminación o suspensión del contrato de suministro suscrito con Riopaila Castilla, a pesar de conocer el retraso en la ejecución de la planta de producción [El Alcaraván], ocasionando con ello el pago de las indemnizaciones por la reprogramación en la producción de caña de azúcar”, aseguró la Procuraduría en el anuncio de formulación de cargos.
Entre los procesados se encuentran los entonces miembros de la junta directiva de Bioenergy: Juan Carlos Roa, Gloria Inés Cortés, Adriana García Molano, Juan Felipe Munera, Claudia Castellanos, Alexander Cadena Montezuma, Henry Echeverry Campuzano, Hans Moreno Muñoz y María Elena Velázquez. Así mismo, serán investigados los exgerentes generales y expresentantes legales: Aleck Santamaría de La Cruz, Rafael José Pitalagua y Rosa Catalina Santos.
“Suscribir tantos contratos sin que existiera la planta de producción y con incumplimiento del contratista, ocasionó que tal como se observa en el listado de contratos de arrendamiento, en las dos modalidades, existieran tiempos (meses y años) en los cuales los predios no estaban siendo utilizados por la entidad ni tampoco habían sido entregados a Riopaila Castilla, resultando un detrimento patrimonial al cancelar pagos mensuales de tierra sin cultivar”, determinó el Ministerio Público en su pliego de cargos.
De acuerdo con la Procuraduría, Santamaría de la Cruz también se habría asociado irregularmente con Rosa Catalina Santos para otorgar contratos que resultaron en el detrimento patrimonial de más de $2 mil millones. Los mencionados funcionarios habrían celebrado y solicitado la aprobación de la junta directiva para que la empresa de ingeniería Tipiel, encargada de diseños estructurales, hiciese por segunda vez un trabajo que ya había certificado.
“No se entienden los motivos por los cuales la Gerencia de Bioenergy procedió a suscribir estos contratos para la corrección de la ingeniería con la firma Tipiel, cuando la calidad de esta ingeniería había sido certificada por la misma firma, siendo hasta el momento una conducta que ofrece dudas sobre su trasparencia y que pudo afectar injustificadamente el patrimonio de la empresa”, anotó la Procuraduría. La gerencia de Bioenergy pidió revisar avances estructurales avalados en un 93,7%.
“El Ministerio Público también pidió explicación sobre posibles inconsistencias, por presuntamente haber autorizado un aumento salarial a los cargos de obrero de servicios generales y oficial civil, acordado por Santamaría de La Cruz, a pesar de existir un ofrecimiento económico para el otorgamiento del contrato de obra civil por parte del Consorcio Menegua, lo que se habría podido constituir en un detrimento para Bioenergy, por cerca de $4 mil millones”, agregó la Procuraduría.
El papel de Isolux
La reputación de Isolux no solo parece haber quedado manchada en Colombia. Otros países alrededor del mundo han denunciado que la empresa española abandona sus proyectos a mitad de camino. Por ejemplo, en 2015, el gobierno de Chile le quitó cuatro de siete obras similares por sobrecostos e incumplimientos. De igual modo, la constructora está bajo investigación en tal país por presuntamente haber otorgado sobornos para conseguir contratos multimillonarios. Una práctica que Latinoamérica conoció bien de la mano de la constructora brasileña Odebrecht.
Por el presunto accionar corrupto de Isolux, su expresidente Luis Delso, a cargo desde 1994 hasta 2016, fue condenado por evasión fiscal según la Audiencia de Madrid, que es un tribunal español con jurisdicción en todo el territorio nacional. Delso fue investigado en el presunto caso de corrupción de Jordi Pujol, hijo de un exmandatario de la Generalidad de Cataluña, quien se habría aliado con la constructora para celebrar contratos irregulares en el México, Gabón y en el mismo país ibérico.
En Colombia, una vez conocidas las irregularidades en la construcción de El Alcaraván, Ecopetrol tuvo que hacerse cargo de un estimado de $6.000 millones que Isolux dejó en deudas con contratistas y trabajadores. Bioenergy demandó a la empresa española ante la Corte Internacional de Arbitraje de EE.UU., sin embargo, en 2016, tras una contrademanda de Isolux, se determinó que la filial de Ecopetrol debía pagarle más a la empresa que le dejó el megaproyecto en esqueleto. Bioenergy pagó US$18 millones, mientras que Isolux hizo giros de US$13 millones y más de $7 mil millones en moneda colombiana.
El pasado 10 de junio, el Consejo de Estado decretó valida en Colombia la decisión del Tribunal de Arbitramento de EE.UU. El alto tribunal resolvió teniendo en cuenta que “la regla general (para) el reconocimiento judicial de los laudos -sentencias- arbitrales extranjeros, como requisito para su ejecución en el territorio nacional, (…) se producirá siempre que i) se presente el laudo original o copia de este, ii) en idioma español o debidamente traducido”. Es decir, Isolux solo necesitó presentar el documento en español para que Bionergy cumpliera lo ordenado en instancias internacionales.