La clave para identificar al zar de la heroína en Nariño
La clave para identificar al zar de la heroína en Nariño
Fuente: EL TIEMPO (Ver Noticia Original)
Ebelio Fernández logró un pacto con el Eln para protección de cultivos y laboratorios.
Ebelio Fernández, de 48 años, nació en Buesaco, Nariño, y hace parte de una familia numerosa de extracción campesina. Quienes lo conocen lo definen como un hombre solitario, callado, pero muy analítico.
Desde niño lo encargaron de pequeños cultivos de café, por eso, conoce muy bien el tema de cosechas y tierras.
Hoy es uno de los hombres más temidos en Nariño y,para la Policía Nacional, es uno de los delincuentes más buscados en el país al ser catalogado como el ‘zar de la heroína’, responsable de manejar la producción de droga de todo un departamento.
Fernández es considerado por las autoridades como un narco invisible, es decir, es señalado de manejar directamente el tráfico de heroína hace muchos años, pero se ha cuidado de no dejar algún tipo de rastro que facilitara su identificación.
De acuerdo con los investigadores de Antinarcóticos, el llamado ‘zar de la heroína’ inició su vida criminal a comienzos de la década de los 90, cuando se plantaron las primeras semillas de amapola en Buesaco y municipios vecinos.
“Su ascenso en el mundo criminal se encuentra ligado a la desmovilización de las Farc. Con el desmonte de esa organización, Fernández hace una renegociación de los impuestos que se les pagan a estos grupos armados y acelera el ingreso del Eln en esta región”, le dijo a EL TIEMPO el general Jorge Luis Ramírez, director de la Policía Antinarcóticos.
El ‘zar de la heroína’ logró hacerse con el control y la producción de las 108 hectáreas sembradas con amapola detectadas en Nariño, según lo establecido por Antinarcóticos, gracias a un acuerdo logrado con el frente Comuneros del Sur del Eln, que les brinda protección a los cultivos y laboratorios a cambio del pago de 100 millones de pesos mensuales.
Además, le prestan protección personal cuando se desplaza por la zona montañosa o puntos donde hacen presencia las disidencias.
El ‘zar’ se ha logrado mantener ajeno a la guerra que libran por lo menos 12 estructuras dedicadas a la producción de cocaína (41.900 hectáreas sembradas con matas de coca) en Nariño.
Esto, dicen los investigadores, gracias a que se ha aislado de los carteles mexicanos. Mientras que otros grupos ilegales se disputan el tráfico de la cocaína de la zona, la red de Fernández no entra en esas luchas y monopoliza la comercialización de la heroína.
Seguimientos a consejera espiritual permitieron su identificación
El narcotraficante quedó en la mira de las autoridades a principios de este año, cuando agentes de inteligencia lograron infiltrar a varias personas de su círculo cercano y establecer que Fernández frecuentaba a una mujer de edad avanzada que era su ‘consejera espiritual’, quien a través de supuestos rezos y hechizos lo protegía.
Siguiendo a la supuesta hechicera, a quien el ‘zar’ le paga cinco millones de pesos al mes, los investigadores lograron establecer la plena identidad de Fernández e incautarle 50 kilos de heroína que tenía como destino el mercado de Estados Unidos, donde un kilo puede costar 68.500 dólares.
El narcotraficante aprovecha la frontera con Ecuador para evadir a las autoridades y enviar la heroína, “por eso se mantiene un trabajo muy coordinado con la Policía del país vecino para cerrarle el paso y lograr su captura”, señaló el general Ramírez.
El oficial confirmó que, en medio de la pandemia, hace una semana, se planeó una operación –entre Colombia y Ecuador– para darle captura. Los policías establecieron que el ‘zar de la heroína’ estaría en Carchi (Ecuador).
En el reporte se reseñó que el hombre logró evadir los controles y se “refugió en territorio ecuatoriano”, pese a esto, se logró la incautación de 16,4 kilos de heroína en Ipiales y otros seis en Tulcán (Ecuador).
La heroína, considerada de alta pureza, estaba marcada con el logo de un carro de alta gama, los cuales son la debilidad de Fernández.
La identificación del ‘zar de la heroína’ permitió a la Policía Antinarcóticos desarrollar una radiografía de cómo se mueve el mercado de los opioides, cuya principal característica es el alto grado de adicción y el terrible daño que le ocasionan al consumidor.
Los investigadores evidenciaron que ha habido una reducción en la siembra de amapola del 51 por ciento respecto a 2018, cuando se detectaron 369 hectáreas, y 2019, con 179.
No obstante, el negocio ilegal, dicen los investigadores, no se redujo.
En el centro del negocio
Aparte de Nariño, la amapola –planta de donde se extrae el látex que es la base estupefaciente de la heroína– se cultiva en Cauca, donde fueron detectadas 78 hectáreas. Los investigadores lograron identificar todos los eslabones de la cadena de producción y llegaron a la entraña de ese negocio ilegal.
Se estableció que por cada hectárea de amapola cultivada se extraen 20 kilos de látex, que se traducen en 1,1 kilos de heroína.
Por cosecha, el cultivador recibe entre 6 y 7 millones, en promedio, y, por las características de la zona, logran sacar dos cosechas al año.
El látex se recolecta durante un periodo de 10 a 20 días hasta que la planta se marchita. En nuestro país se dan tres variedades de amapola: morada, blanca y roja, pero la de mayor comercialización, se lee en documentos de la Policía, es la morada, porque su bulbo, donde se produce el látex, es de mayor tamaño.
Antinarcóticos estableció que, como ocurre en otros negocios, cuando se acerca la cosecha se organizan recolectores, que por cada jornada de trabajo reciben entre 15.000 y 35.000 pesos. Mientras que el kilo de látex se comercializa entre $ 300.000 y $ 400.000.
Los narcos adecúan casas abandonadas como laboratorios a donde llevan químicos que se encargan del procesamiento. Un kilo de heroína en nuestro país está sobre los 26.000 dólares, ese kilo en las calles de Europa está en 40.000 dólares, y en Oceanía puede llegar a costar 190.000 dólares.
El director de Antinarcóticos sostuvo que, al contrario de los grandes cargamentos de coca y marihuana que mueven las redes criminales, la heroína se transporta en pequeñas cantidades y es enviada al exterior a través de correos humanos, especialmente hacia Ecuador, Centroamérica y Estados Unidos.
Por lo general buscan personas de escasos recursos, entre los 20 y 26 años, con poca educación, o ciudadanos venezolanos a quienes les pagan 15.000 pesos por cada dedil que ingieren (hasta 100 dediles, que equivaldrían a un kilo). Las autoridades han detectado que también les entregan maletas doble fondo –hasta con 20 kilos– para que pasen por Ipiales a Ecuador. Ellos reciben como pago tres millones de pesos.
La distribución a nivel nacional se centra en Cali, Bogotá, Cúcuta, Popayán, Armenia y Pereira. A esas ciudades llega la droga de puntos de acopio ubicados en Buesaco, Nariño.
La Policía evidenció que, además de vehículos con caletas, se contrata a conductores de motos para que transporten hasta 22 kilos del opiáceo. Incluso se detectó que las redes criminales desde La Cruz, en Nariño, están enviando entre 2 y 5 kilos de heroína ocultos en legumbres cultivadas en la región.
La heroína que sale de los laboratorios de Nariño es ofrecida con la garantía de tener una pureza cercana al 95 por ciento, lo que la hace superior a la procesada en México y, por tanto, con mayor demanda en el mercado internacional.
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En nuestro país, señalan los investigadores, los expendedores rinden la heroína con cafeína, codeína y papaverina para extraer hasta tres kilos de droga y obtener mayores ganancias en total, en perjuicio de la salud de los consumidores. Señalan los expertos que un consumidor puede iniciar con una dosis al día, y un adicto termina con una dosis cada dos horas.
Los cultivos de amapola en el mundo se concentran principalmente en tres núcleos de producción, ubicados en Afganistán, el triángulo dorado (frontera entre Birmania, Tailandia y Laos) y México. A ellos, los narcos colombianos de bajo perfil intentan quitarles parte del lucrativo mercado de esta dañina droga.