La historia de un soborno que llevó a la cárcel a un exfiscal

La historia de un soborno que llevó a la cárcel a un exfiscal

La historia de un soborno que llevó a la cárcel a un exfiscal

Fuente: EL ESPECTADOR (Ver Noticia Original)

La Corte Suprema de Justicia acaba de ratificar la condena a 11 años de prisión a Eduardo Sanabria Trujillo por actos de corrupción. Un detallado seguimiento de la Fiscalía y la Policía y horas de grabaciones permitieron procesarlo.

El 10 de abril de 2007 a Ana María* le robaron $22 millones de pesos en la ciudad de Bogotá por parte de un conocido. Puso la denuncia y en octubre siguiente, ante la falta de resultados, contactó a través de un tercero a Luis Eduardo Sanabria Trujillo, con quien se reunió en la sede de la entidad dos veces. Se trataba de un fiscal delegado ante los jueces municipales de Bogotá. Pero antes de recibir el apoyo que esperaba, fue presionada para entregarle dinero a cambio de “colaborar” en la investigación.

Así, en una reunión en la que también estaba el funcionario Rommel Polanco Padilla, le advirtieron que había dos formas de recuperar el dinero perdido. La primera era lograr que el caso le cayera a Polanco para él lo pudiera presentar como un fleteo y no como un caso de abuso de confianza. Y la segunda, era conseguir a una policía para “recuperar todo el dinero por medios violentos”.

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Ana María*, intimidada, escogió la primera opción. ¿El costo? $6 millones de pesos por adelantado que el fiscal le pidió en una reunión en 2008. Lo que no sabía Sanabria, es que la Fiscalía estaba adelantando una cruzada anticorrupción que había permitido interceptar varios teléfonos y ya le seguían la pista. Por eso, cuando la víctima salió de la reunión con el funcionario, fue abordada por in investigador de la Policía Judicial que le propuso ser agente encubierto en el caso.

Como en escena de película, Ana María* se encontró con el fiscal Sanabria en un centro comercial al occidente de la capital. Allí, este le explicó para qué iba a utilizar el dinero y le dijo que quiénes “harían la vuelta” eran unos comerciantes muy peligrosos. La segunda escena fue el 16 de junio de 2008 en el centro, allí le explicaron que tenía que hacer el pago dos días después y que iba a poder. Y el 18, cerca al Complejo Judicial de Paloquemao se dio la entrega del dinero que le había facilitado el propio CTI. La captura del fiscal se dio minutos después, en flagrancia.

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Sanabria y Polanco no aceptaron cargos y enfrentaron un juicio que solo pudo iniciar, después de múltiples aplazamientos, el 31 de agosto de 2016. El Tribunal Superior de Bogotá condenó a Sanabria el pasado 10 de mayo a 11 años y 3 meses de prisión, así como a pagar una multa de 105 salarios mínimos legales vigentes. El exfuncionario apeló y la Corte Suprema de Justicia acaba de ratificar su responsabilidad.

En documento conocido por El Espectador ratificó que Sanabria actuó de manera irregular, al salirse de la atención normal a una denunciante y al presionarla. Y tuvo en cuenta las grabaciones conseguidas por la Policía Judicial. “(…) son múltiples las frases que aquel (Sanabria) emitió a ésta para infundirle temor y, en consecuencia, tornar eficaz las exigencias dinerarias que le hacía a cambio del despliegue de actividades irregulares, contrarias al ejercicio de su función”, señaló la Corte.

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