Las pruebas de Estados Unidos contra el “Señor T”, antiguo socio de Pablo Escobar
Las pruebas de Estados Unidos contra el “Señor T”, antiguo socio de Pablo Escobar
Fuente: EL ESPECTADOR (Ver Noticia Original)
A Luis Arnobio del Río lo delató uno de sus hijos porque se enamoró de su esposa y fue capturado en noviembre de 2019. Ahora, tras el aval de la Corte Suprema a su extradición, tiene un pie en Estados Unidos. Estos son su historia y los detalles de su expediente.
Según el expediente de la justicia estadounidense, el cual pudo revisar este diario, Estados Unidos comenzó la investigación contra Del Río y su organización en 2015, a la cual señaló de ser “responsable de enviar múltiples toneladas de cocaína desde Colombia con destino a países en América Central y a los Estados Unidos”. Incluso, detectaron su presencia en un barco ubicado en aguas bajo jurisdicción estadounidense. Pero fue un agente de la DEA, de nombre Armando Guerrero, quien entregó la mayor cantidad de datos y detalles que terminaron hundiendo a Del Río; junto con la delación de uno de sus propios hijo, quien lo entregó a la Policía luego de que el Señor T se enamorara de la esposa de este último, es decir, de su nuera.
Para marzo de 2017, interceptaciones telefónicas empezaron a arrojar luces sobre el posible papel de Del Río con respecto a la droga que iba en el barco. “Las comunicaciones legalmente interceptadas revelaron que, el 5 de abril de 2017, (Alfonso) Torres Alzate notificó a Macías Marín que Torres Alzate envió a su esposa a recibir el efectivo por los costos de transporte de Macías Marín. Torres Alzate dio además instrucciones a Macías Marín de entregar la mitad del pago a Herrera y la otra mitad a la esposa de Torres Alzate. El 6 de abril de 2017, Macías Marín notificó a Del Río Jiménez que el pago había sido entregado”, dice el expediente. Las interceptaciones continuaron y Del Río aparecía cada vez más comprometido.
El 17 de agosto de ese mismo año, Del Río hizo otra movida osada: coordinar el envío de US$500.000 a Colombia con uno de sus hijos. “Enviaron a la esposa de Herrera Rueda a recoger el dinero que se encontraba en un vehículo con un compartimiento oculto”. El problema fue que la esposa del mencionado Herrera Rueda cayó en un retén policial y agentes de la Policía descubrieron el dinero. “Herrera Rueda aconsejó a su esposa que dijera al oficial de policía que el dinero era del negocio de esmeraldas (de este)” y luego le dijo que lo sobornara, lo cual, al parecer, ocurrió. “El oficial de policía aceptó el soborno y liberó a la esposa”, contó el agente Guerrero.
Además, según el expediente, “DC9″ dio otros datos esenciales: “Señaló que Del Río Jiménez le(s) paga a jueces y a agentes del orden público para hacer desaparecer investigaciones o cargos, y para identificar a cualquier persona dispuesta a cooperar con las autoridades del orden público contra (él)”. Contó que, en 2019, el Señor T pagó US$4 millones por información sobre la investigación que, ya había sido enterado, abrió Estados Unidos en su contra. Contó también que la pérdida del cargamento en la lancha interceptada en abril de 2017 llevó a que Del Río secuestrara a su socio, Alfonso Torres Alzate, y que fue él (”DC9″) quien lo ayudó en esa tarea. Lo mantuvo retenido por un día.
La defensa de Del Río esgrimió varios argumentos para tratar de evitar que el destino del Señor Tsea una cárcel estadounidense. Para empezar, le pidió a la Fiscalía que verificara si no había nada en la Jurisdicción Especial para la Paz sobre Del Río por los mismos hechos. Alegó, también, que Del Río “padece de episodios depresivos que deben ser tratados farmacológicamente y con seguimiento de psiquiatría. Además, es hipertenso, tiene un nódulo pulmonar y sufre de enfermedad pulmonar obstructiva crónica E.P.O.C., por la cual debe recibir oxígeno todas las noches y recibir controles de seguimiento constante”.
Por esa razón, en sus requerimientos, la Corte Suprema pidió al Gobierno que, si da luz verde a esta extradición, se comprometa a “a brindarle la atención y asistencia médica que requiera mientras esté en reclusión, de acuerdo a su estado de salud, y a facilitar los medios necesarios para garantizar su repatriación en condiciones de dignidad y respeto por la persona humana con posterioridad a su liberación una vez cumpla, de resultar condenado por los hechos por los que procede la presente extradición, la pena allí impuesta”. Este asunto está ahora en manos del Gobierno, que tiene la última palabra para aceptar o rechazar la solicitud de extradición de Del Río, un socio oculto de Pablo Escobar.