Los Ambuila y Moreno Rojas, tan lejos y tan cerca

Los Ambuila y Moreno Rojas, tan lejos y tan cerca

Los Ambuila y Moreno Rojas, tan lejos y tan cerca

Fuente: EL TIEMPO (Ver Noticia Original)

Tal vez no se equivocan quienes creen que en Colombia ser corrupto sigue pagando. A primera vista, poco parecen tener en común el exsenador y exalcalde de Bucaramanga Iván Moreno Rojas y el exfuncionario de la Dian Ómar Ambuila y su familia.

Pero entre estas dos historias –la del heredero del general Gustavo Rojas Pinilla que incluso llegó a acariciar aspiraciones presidenciales y la de la familia de la costa Pacífica que terminó andando en Lamborghini– hay más de una coincidencia. La principal de ellas, que cada una retrata a su manera los fracasos y muchos huecos que sigue teniendo la lucha contra la corrupción en el país.

Con apenas horas de diferencia, estos protagonistas de sonados escándalos de saqueo de la plata de todos los colombianos recibieron las noticias que estaban esperando. Así, un juez del Valle les dio la libertad a Ambuila, a su esposa y a su hija Jenny –famosa por dejar rastro de las andadas de su padre con las fotos de sus paseos en autos de lujo y las compras en tiendas de marca de Miami– porque consideró que se vencieron los términos legales para llevarlos a juicio.

Y, en medio de este nuevo escándalo, el país se notificó de que Iván Moreno Rojas, uno de los cerebros del ‘carrusel de la contratación’, será enviado a casa por cárcel por cumplimiento de las tres quintas partes de la condena de 14 años que le impuso la Corte Suprema por corrupción.

Esto, a pesar de que hay otra medida de aseguramiento en su contra por el robo a Bogotá en un millonario contrato de ambulancias y de que ni él ni su hermano, el exalcalde Samuel Moreno Rojas, han pagado las multas que les impusieron ni han respondido por la plata que perdió la capital.

En Colombia los ladrones de cuello blanco siguen sacando ventaja

Moreno, además, no es el único pez gordo del caso del ‘carrusel’ fuera de la cárcel. Hace 5 años, alegando problemas de salud y también sin responder totalmente por el desfalco, empezaron los beneficios carcelarios para los primos Nule y otros involucrados en este entramado criminal.

Lo que queda en evidencia es que a pesar del discurso oficial y de la aparente indignación general, en Colombia los ladrones de cuello blanco siguen sacando ventaja.

Casi una década después de su detención y con tres condenas por corrupción encima, hasta ahora no ha sido posible que Samuel Moreno vaya a una prisión. Sigue en la Escuela de Carabineros en los cerros de Bogotá, no obstante que la Fiscalía le pidió expresamente al Inpec que lo enviara a una cárcel. El rastreo de la fortuna que amasó con los millonarios sobornos que según la justicia exigía por cada contrato durante su alcaldía tampoco ha dado resultados.

Y como nuestra justicia no exige la reparación del daño al erario para empezar a conceder beneficios como permisos carcelarios o detención domiciliaria, para los condenados por corrupción sigue siendo negocio pasar unos pocos años en sitios de detención privilegiados y no devolver un peso de lo robado.

Si a eso se suma la efectividad de las maniobras dilatorias de dudosos abogados y la facilidad con la que algunos jueces compran sus cuentas de vencimiento de términos, tal vez no se equivocan quienes creen que en Colombia ser corrupto sigue pagando.

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