Los argumentos con los que el exsenador Guerra busca tumbar su condena por Odebrecht
Los argumentos con los que el exsenador Guerra busca tumbar su condena por Odebrecht
Fuente: EL ESPECTADOR (Ver Noticia Original)
Un poco más de un mes de emitida la condena en su contra por el entramado de corrupción que vinculó la firma brasilera Odebrecht, el exsenador Antonio Guerra, junto con su defensa, presentó la apelación para tumbar la condena de 13 años de prisión que la Sala de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia emitió en su contra.
En un documento de 145 páginas que, quedó radicado el pasado viernes en la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, el exsenador Antonio Guerra y su abogado consignaron la apelación con la que buscan tumbar la condena de 13 años en su contra que profirió, en marzo pasado, la Sala de Primera Instancia, por sus vínculos con el entramado de corrupción que se suscitó con la firma brasilera Odebrecht. El recurso contiene apartes de la sentencia y recoge algunos argumentos del salvamento de voto que presentó el magistrado Jorge Caldas, quien llevó ante la Sala una ponencia absolutoria.
Guerra fue llamado ante los estrados judiciales desde 2017, porque, en calidad de congresista realizó lobby para beneficiar a la firma brasilera en la adjudicación de contratos de obra. Así las cosas, según la sentencia emitida en marzo pasado, Guerra intervino ante el Ministerio de Hacienda con el propósito de asegurar la firma del contrato de estabilidad jurídica del Proyecto Ruta del Sol II, convenio que fue suscrito en diciembre de 2012 entre el Ministerio de Transporte y la Concesionaria Ruta del Sol II.
Por esa situación, lo que dice la sentencia es que Guerra pactó con el también exsenador Bernardo “Ñoño” Elías Miguel una retribución económica cercana a los $200 millones, que fue entregada en efectivo en febrero o marzo de 2013. Sumado a eso, también lo condenaron por hacer lobby ante entidades bancarias para que respaldaran financieramente a la compañía portuguesa AFA Vías, en la compra total o parcial, de la parte que tenía Odebrecht en la Concesionaria Navelena, con el fin de lograr el cierre financiero del proyecto y recuperar la navegabilidad del Río Magdalena.
La ponencia del magistrado Ariel Torres que condenó a Guerra estuvo basada en una serie de testimonios, entre ellos, el que rindió el exsenador Bernardo Elías ante las autoridades judiciales una vez se destapó el entramado de corrupción. No obstante, el dicho del “Ñoño” ha sido desestimado en varias ocasiones por la defensa del exsenador. El documento conocido por este diario expone “la falta de consistencia en las versiones del único testigo directo y que, como consecuencia de estas inconsistencias, desembocó en la degradación de los testimonios y naturalmente, en pluralidad de incoherencias entre los otros tres testigos de oídas, lo cual rayaría en el campo de la imaginación, o si se quiere, en un ámbito donde los cuatro presuntos testigos se han puesto de acuerdo para justificar su actuar delictivo”.
La apelación reprocha que se le endilgue el delito de concierto para delinquir. Si bien la Sala dijo que existió un entramado de corrupción por parte de Odebrecht y señaló a un grupo de congresistas de hacerle lobby, en ningún momento aclaró la responsabilidad de Guerra en ello. El abogado Wilson Caballero, quien defiende los intereses del exsenador, tiene claro que hubo una “empresa criminal” para asegurar la adjudicación de contratos de obras públicas, de la cual su defendido no hizo parte.
El documento también trae a colación que los directivos de Odebrecht, Luiz Bueno Junior y Eleuberto Antonio Martorelli, pactaron un acuerdo con las autoridades en el que se comprometían a revelar información. El abogado consignó que en ninguno de los testimonios rendidos se mencionó el nombre del exsenador Guerra. “Ninguno de los directivos de Odebrecht manifestó haber conocido o acordado algo con el exsenador Antonio Guerra De La Espriella, descartando así la participación de este en la empresa criminal. Inclusive, los testigos Otto Nicolás Bula Bula y Federico Gaviria, tampoco estuvieron en la capacidad de admitir la adhesión de mi representado a la empresa criminal, pues como ellos mismos lo dijeron en el juicio oral, jamás hablaron con él, no se reunieron con él, ni tampoco lo conocían”, dice el documento.
“Según el libro oficial de registro de entrada del Ministerio de Hacienda, prueba que fue aportada en debida forma al proceso, no concuerdan las fechas de visitas al piso tercero, lugar donde se encuentra el despacho del ministro, y otras dependencias, entre Antonio Guerra De La Espriella y Bernardo Miguel Elías Vidal”, reseñó la apelación que también trajo a colación el dicho del exministro Cárdenas en el que aseguró no haber tenido ningún tipo de presiones ni sugerencias en el contrato de estabilidad jurídica de la cual no hizo parte.
Sobre este caso puntual, el “Ñoño” inicialmente dijo que Guerra lo acompañó a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) para tramitar esa adición, y que la participación del exsenador, aunque fue “muy leve (…) sabía que estaba tramitando ese contrato”. No obstante, para cuando el expediente quedó en el despacho del magistrado Jorge Caldas, en un testimonio rendido nuevamente dijo que, “lo que yo recuerdo del senador Antonio Guerra no tuvo injerencia en el tramo Ocaña – Gamarra”. Así las cosas, para la defensa del exsenador condenado, está claro que Elías Vidal en vez de ratificarse en su relato se retractó.
Para la defensa de Guerra, la Sala incurrió en error al darle valor a la primera manifestación del “Ñoño” cuando posteriormente, él mismo se retractó. A su juicio, se debía tener en cuenta que la retractación tenía que ser creíble y debía “guardar la armonía” con las demás pruebas que quedaron consignadas en el expediente. “No es comprensible que la Sala Mayoritaria considere que una declaración que se da en el marco de beneficios por colaboración con la justicia, y donde el testigo ya se había negado una vez a declarar precisamente alegando ese marco, se le de mayor valor que el testimonio que si se muestra natural y espontáneo, y no sujeto a unos réditos procesales”, expone el documento.
La Sala en su decisión emitida en marzo pasado no alcanza a dejar claro por qué se motivó el enriquecimiento ilícito del exsenador que, a juicio de una perito financiera, ascendía a más de $340 millones. “No se determinó que los $340.225.580,31 tuvieran una procedencia ilícita ni mucho menos un nexo causal con las funciones que como congresista desempeñaba mi representado, motivo determinante para predicar la atipicidad del comportamiento de enriquecimiento ilícito”, explicó el abogado y añadió que, finalmente, no entiende la manera en que la Sala valoró el incremento de Guerra.
El recurso que interpusieron ahora reposa en la Sala de Casación Penal, y durante los próximos días se conocerá cuál magistrado tendrá que hacer el análisis de la apelación y la sentencia que tiene en vilo al exsenador que ha dicho ser inocente de todo lo que se le acusa. En diálogo con este diario, el excongresista resaltó que el dicho del “Ñoño” Elías le hizo daño no solo a su nombre e integridad sino a su familia, y pese a que recibió una de las condenas más altas en el caso Odebrecht, confía en que saldrá bien librado en segunda instancia.