Pruebas inéditas revelan cómo la DEA destapó el cartel de la toga
Pruebas inéditas revelan cómo la DEA destapó el cartel de la toga
Fuente: NOTICIAS CARACOL (Ver Noticia Original)
El hombre clave en este episodio fue el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons.
Después de saquear a Córdoba, Lyons salió del país en abril de 2017 y buscó a la justicia de Estados Unidos para contarles que estaba siendo extorsionado. Entonces, prometió en bandeja de plata la cabeza del fiscal jefe anticorrupción de Colombia: Luis Gustavo Moreno.
Y cumplió. En colaboración con fiscales y agentes federales, con micrófonos escondidos, los grabó a él y a su cómplice, el abogado Leonardo Pinilla, durante más de 11 horas en varios encuentros ocurridos en Miami entre mayo y junio de 2017.
La génesis
El inicio del caso del cartel de la toga se remonta al 12 de mayo de 2017. Ese día, a través de varios audios de WhatsApp monitoreados por la DEA, el exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons se contactó con el abogado Leonardo Pinilla, más conocido como ‘Porcino’. Su objetivo: que Pinilla y el fiscal anticorrupción viajaran a Miami para cuadrar cómo engavetar los procesos de corrupción en contra de Lyons.
Alejandro Lyons: Me gustaría de pronto conversar acá con más tranquilidad, más claridad y pues obviamente sería urgente pa’ poner en marcha, en especial, la estrategia que me habían comentado y pues obviamente eso es mejor personal y ojalá con la amiga suya.
En este caso, la urgencia de Lyons tenía un doble propósito: evidenciar que Moreno y Pinilla lo estaban extorsionando y, de paso, ganar tiempo, pues había sido citado para imputación de cargos el 25 de mayo de ese año.
Cuando Lyons habla de «la amiga suya» se refiere a Luis Gustavo Moreno. Así continúan los audios.
Alejandro Lyons: Háblate con la amiga a ver qué tan viable es que se puedan venir este fin de semana.
Leonardo Pinilla: Bueno. Yo te confirmaría, hermano, déjame ver porque tú sabes que él no es fácil.
Durante varios días continuó el intercambio de mensajes hasta que al final Pinilla le cuenta a Lyons que Moreno no quiere ir a Miami porque teme que los descubran.
Leonardo Pinilla: Ale, buenos días, ¿cómo estás? Este muchacho no quiere viajar. Me dice que le da miedo porque el jefe está muy pendiente de eso, pero que miremos a ver. Que, desde su punto, en lo que pueda ayudar, él ayuda. Él es cositero (…) en lo que sí coincidimos los dos es en que hay que desacreditar a este par de muchachos que están hablando maricadas y mentiras.
Allí se refiere a los testigos en contra de Lyons que lo tenían al borde de una imputación de cargos por corrupción.
Tras organizar asuntos logísticos y bajo la premisa de ir adelantando cosas, finalmente Pinilla viaja a Miami el 26 de mayo de 2017; ese encuentro fue registrado por la DEA. En una secuencia inédita de fotografías se ve a ambos caminando tranquilos por las calles de esa ciudad.
Ese mismo día, en el carro de Lyons, se produce la primera grabación de la DEA que dura una hora y 15 minutos.
El soborno
Material probatorio evidencia que el 16 de junio, en el Dolphin Mall de Miami, Lyons le entregó a Moreno el soborno por 10.000 dólares.
Pero no solo eso, las charlas entre Lyons y Pinilla están llenas de perlas. Una de ellas ocurrió a la medianoche del 15 de junio de 2017, fue en la camioneta de Alejandro Lyons. Moreno lo saludó afectuoso y empezó a darle indicaciones sobre su caso, lo primero que le dijo era que debía neutralizar a los medios que estaban denunciando la corrupción en Córdoba, en especial la W de Julio Sánchez Cristo.
Gustavo Moreno: Te quedó claro que yo no te estoy persiguiendo allá, no tengo nada en contra tuya. Y en lo que pueda tienes que tener mucho cuidado, ¿en qué sentido? Tienes que mirar quién está en el medio y quién te ayuda a neutralizar el tema de la W. ¿Por qué? Porque el jefe oficial habla con Julio Sánchez todos los días. Son amigos, entonces es un tema que tienes que mirar cómo neutralizas. No por nada distinto a que los medios no deciden nada, pero pueden influir en los que deciden, entonces es simplemente una recomendación, Leito.
Luego Moreno le contó a Lyons que viajó a Miami a dictar una conferencia sobre corrupción y ambos se ríen.
Gustavo Moreno: Me toca dictar una conferencia mañana aquí con los federales, voy a estar toda la mañana con ellos.
Alejandro Lyons: Pero te tienen del fiscal hijuep@!#, recomendadísimo. Porque pa’ mandarte aquí a Estados Unidos, con esos tipos aquí, superconfianza.
Después se meten en las intimidades del proceso contra Lyons. Moreno le dice que debe rodearse mejor, que la clave es desacreditar los testigos y que él consigue esa información porque como jefe anticorrupción le deben reportar todos los avances en esas pesquisas.
En ese encuentro el ahora exfiscal le deja una constancia inquietante a Alejandro Lyons.
Gustavo Moreno: A mí no sé quién me dijo que estabas negociando con los federales.
Alejandro Lyons: No, eso es paja.
Gustavo Moreno: Que estabas arreglando aquí tema de bienes y no sé qué (…) Ten mucho cuidado, Alejo. Eso me lo dijo alguien del Gobierno.
Alejandro Lyons:¿Quién?
Gustavo Moreno: Eso en algún momento sale a flote y en esa conversación solo estaba yo, un tema de alto gobierno.
De vuelta al proceso, Moreno le detalla a Lyons la radiografía de sus casos por distintos carteles: de la hemofilia, de los falsos enfermos de SIDA o de síndrome Down, de los convenios de ciencia y tecnología, de las regalías. Y, además, le cuenta de los reportes que le enviaban la Superintendencia de Salud y la Contraloría.
Incluso le anticipa que la fiscal que investigaba las irregularidades en la remodelación del emblemático coliseo Happy Lora en Córdoba, una obra de más de 12.500 millones de pesos, iba a investigar a Lyons.
Asimismo, Moreno habla sobre sus aspiraciones en la pirámide de la administración pública y le confiesa que él sabía que para llegar allá tenía que torcerse.
Lyons apenas le responde “así es”.
Esta charla entre Alejandro Lyons y Luis Gustavo Moreno pasa de los detalles de los procesos contra el exgobernador de Córdoba al asesoramiento puro.
El exfiscal le dijo a Lyons que tenía un enemigo muy poderoso: el expresidente de la Corte Suprema de Justicia Camilo Tarquino, quien era muy amigo del fiscal Néstor Humberto Martínez.
Gustavo Moreno: Tú tienes amigos del fiscal que no te quieren, tienes que arreglar esos problemas.
Alejandro Lyons:Pero, ¿quiénes?
Gustavo Moreno: Camilo Tarquino. Camilo se habla con el fiscal, a Camilo ha tocado recibirlo varias veces en el despacho del fiscal. Yo no sé qué problema tuviste con él.
Alejandro Lyons:No, Tabo. O sea, una vez hablé yo con ese man (Tarquino) pa’ ver si me ayudaban en mis vainas, me pidieron 20 mil barras por resolverme un problema. Ajá, y yo no tengo pa pagar eso, Tabo. Y la gente se molesta.
Veinte mil barras significan 20 mil millones de pesos que Lyons se negó a pagar.
En la grabación se oye al exgobernador decir que quien le presentó a Tarquino fue la excongresista de Sucre Muriel Benito Rebollo, condenada a seis años de prisión por parapolítica
De repente, súbitamente la charla se interrumpió; Luis Gustavo Moreno se percata de que en la parte de atrás de la silla del conductor estaba un celular en altavoz con una llamada activa, es decir, que había registrado toda la reunión.
Gustavo Moreno: Sí, duró una hora ahí y nosotros hablando guevonadas.
Alejandro Lyons:No, no, no, pero no te preocupes.
Gustavo Moreno:¿Este 305 de quién es?
Alejandro Lyons:Eso es una novia, tú eres marica.
Gustavo Moreno: No, pero, ven Alejandro, es que duró una hora escuchando. De verdad que esta vaina no me gusta (…) es que yo no puedo estar hablando del proceso, yo no puedo asesorar a nadie. Explícame tú cómo un teléfono que está guardado en la espalda del carro, no tiene forma de marcarse, justo lleva el tiempo que yo llevo acá sentado hablando contigo.
Asustado, Moreno le pide a Lyons que marque a ese teléfono que estaba monitoreando la DEA.
Lyons trata de manejar la situación y, al final, marca ese número; le contesta al otro lado de la línea una mujer colombiana con acento costeño, era una agente encubierta de la agencia norteamericana.
Moreno no creyó del todo la coartada, entonces se bajaron del carro, dialogaron unos cuantos minutos más en la calle.
El trato se había sellado: cuatrocientos millones de pesos le pidió Luis Gustavo Moreno a Lyons. Y, además, veinte mil dólares para el día siguiente de ñapa. Faltó poco para que se frustrara el operativo de la DEA.
Lo demás es historia conocida: once días después de esa reunión, el 27 de junio de 2017, Moreno y su socio Leonardo Pinilla fueron capturados y pedidos en extradición por Estados Unidos.