Por qué busca EEUU a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo que se convirtió en la pesadilla de AMLO
Por qué busca EEUU a Ovidio Guzmán, el hijo del Chapo que se convirtió en la pesadilla de AMLO
Fuente: INFOBAE (Ver Noticia Original)
Ovidio Guzmán López, el hijo del Chapo que el 17 de octubre de 2019 fue detenido y a los pocos instantes liberado en Culiacán por las autoridades mexicanas, tras ser superadas y humilladas aquel día por el Cártel de Sinaloa, está acusado en Estados Unidos de conspiración para traficar drogas desde México.
El 21 de febrero de 2019, ocho meses antes del “culiacanazo”, el Fiscal General Adjunto Brian A. Benczkowski de la División Criminal del Departamento de Justicia y el Agente Especial, Scott Brown, de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (HSI) de Arizona, presentaron una acusación contra Ovidio y su hermano Joaquín Guzmán López, alias “El Güero”, por delitos de conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana para exportar a Estados Unidos.
“Desde aproximadamente abril de 2008” y en “México, Estados Unidos y otros países”, dice la acusación, de cuatro páginas, los acusados “intencionadamente, a sabiendas y obstinadamente” conspiraron para distribuir cinco kilogramos o más de cocaína, 500 gramos o más de metanfetamina y 1.000 kilogramos o más de marihuana. El caso está asignado al juez Rudolph Contrerasdel distrito de Columbia, en Washington DC.
Luego del fallido operativo en el que iba a ser detenido por militares en Culiacán, se dio a conocer que se buscaba cumplimentar una orden de captura con fines de extradición hacia Estados Unidos.Joaquín y Ovidio, de 34 y 29 años, respectivamente, tendrían que ser extraditados a Estados Unidos, como lo fue su padre en febrero de 2017, para ser juzgados por dichos cargos de los que les acusa un gran jurado.
Tras el encarcelamiento de su padre, la importancia de Joaquín y Ovidio en el Cártel de Sinaloa ha crecido pero sigue menor que la de otros dos hijos de “El Chapo”, Iván y Jesús, que dirigen la aún activa organización criminal, según los investigadores, junto con “El Mayo” Zambada.
Sin embargo, a pesar de que las autoridades estadounidenses están detrás de “El Ratón”, como es conocido en el mundo del narco, éste no cuenta con una orden de aprehensión en México. Así lo reafirmó el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
Como lo declaró el pasado mes de febrero, Durazo expresó durante una entrevista con el coordinador de Acción Nacional, Kuri González, que para perseguir al presunto narcotraficante, las autoridades mexicanas se apoyan de una orden de extradición a Estados Unidos. “(La extradición) es base legal suficiente para ejercer la aprehensión de Ovidio Guzmán«, detalló.
Hace una semana, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, recordó el episodio del fallido operativo para detener a Ovido Guzmán, y reafirmó que “fue lo mejor”,para no desatar una guerra en la que hubieran muerto más 200 personas, según las estimaciones del Ejército.
“Y yo creo que se hizo muy bien, muy bien porque después de un derramamiento de sangre así el gobierno iba a quedar con muy poca autoridad moral y lo más importante de todo es actuar con rectitud, de buena fe, con autoridad moral para poder tener autoridad política, más cuando se está en un proceso de transformación, porque lo que no podemos poner en riesgo es la transformación de México”, expresó.
“El Ejército, la Marina, que nos están ayudando, actúan protegiendo, respetando los derechos humanos. Y no es humillación de ninguna manera el evitar la violencia. Yo creo que en todos los casos hay que evitar la pérdida de vidas humanas«, señaló el mandatario.
“El Ratón” también aparece en varios registros judiciales y del Tesoro en Estados Unidos por actividades relacionadas con lavado de dinero.
“El Chapo” tuvo en total diez hijos con tres esposas distintas, cuatro con la segunda y unas gemelas con la tercera. “El Ratón” es hijo de la segunda esposa, Griselda López, señalada por desempeñar un papel clave en las fugas de Joaquín Guzmán Loera.