Montesinos y los millones pendientes Montesinos

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Montesinos y los millones pendientes Montesinos

Fuente: EL COMERCIO (Ver Noticia Original)

El exasesor presidencial ha reaparecido en la agenda nacional a raíz de unos audios donde se le escucha recomendar el pago de sobornos a tres miembros del JNE para favorecer a Fuerza Popular. Además de su intento de conspirar contra el proceso electoral, ha vuelto a despertar la pregunta: ¿dónde más guarda su dinero?

Hasta el momento, se tiene identificado un aproximado de USD 30 millones de la corrupción del ex hombre de confianza de Alberto Fujimori y sus cómplices en cuentas en Suiza y Luxemburgo que están pendientes de repatriar. Esta es la historia de estos montos producto de los sobornos y el desfalco de las arcas del Estado.

Una pregunta que cada cierto tiempo se hacen los operadores del sistema de justicia que tienen a su cargo repatriar el dinero que el exasesor Vladimiro Montesinos tenía escondido en cuentas en el extranjero es: ¿dónde más tiene la plata? La penúltima vez que se plantearon esta interrogante fue en mayo del 2017, cuando Montesinos contrató, en Luxemburgo, al abogado Rosario Grasso, de la firma Kleyr Grasso, para que interponga, un recurso de casación ante la Corte Suprema de ese país y de esa manera impedir que USD15 millones que estaban en dos ‘offshore’ que lo tenían como beneficiario final sean repatriados a Perú. Si bien el recurso fue rechazado, la duda se mantuvo: el exasesor aún contaba con fondos para contratar una defensa técnica en Europa.

El pasado 24 de junio, esta pregunta volvió a resonar: en una serie de audios, presentados por el excandidato presidencial Fernando Olivera, se le escucha a Montesinos sugerirle a su interlocutor, el comandante EP (r) y exmilitante fujimorista Pedro Rejas Tataje, que le meta “gasolina” (es decir, que soborne) a tres jueces del JNE para que así resuelvan a favor de los pedidos de nulidad que presentó Fuerza Popular contra 802 mesas de sufragio. La conspiración no tuvo éxito pero otra vez ha dejado claro que, veinte años después de su captura, Montesinos administra o está al tanto de fondos para realizar pagos ilícitos, como en los noventa.

El dinero que el exasesor tenía escondido en el extranjero, de hecho, fue crucial para que se emitiera, un seis de noviembre del 2000, su orden de captura (la denuncia por los ‘vladivideos’ fue archivada una semana después de su difusión por un Ministerio Público controlado por Blanca Nélida Colán). Por entonces, lo único que se sabía es que el exasesor había fugado a Panamá un 23 de septiembre a través del velero Karisma. Pero un 2 de noviembre de ese año, la fiscalía de Suiza informó a Perú que se habían detectado cuentas relacionadas a Montesinos por un aproximado de USD 48 millones.

Lo que había sucedido es que un banquero suizo decidió presentar un reporte de operaciones sospechas a la Unidad de Inteligencia Financiera de su país. Esto, luego de que viera en las noticias de que el empresario pesquero que le habían presentado no era ese exitoso hombre de negocios que creía sino un asesor presidencial en Perú que repartía bloques de dinero a congresistas de la oposición para que se pasaran a las filas del fujimorismo. Este hecho significó que se le abriera a Montesinos una investigación por lavado de activos en ese país. Y a raíz de ello se empiece a escudriñar la ruta de los sobornos que había tratado de esconder en diferentes paraísos fiscales. Veinte años después de este hecho, aún se desconoce la real dimensión del dinero que logró acumular el exhombre de confianza de Alberto Fujimori junto a sus cómplices.

En la primera década del 2000, Perú pudo recuperar más de USD 185 millones de la red de corrupción de Montesinos. De ese total, USD 77.5 millones fueron entregados por el gobierno suizo, USD33 millones por las Islas Caimán y USD 20 millones por los Estados Unidos. Todo ello, provenientes de actos de corrupción como el desfalco de la caja de pensiones del Ejército, la compra de los aviones Mig-29 y pertrechos luego de la guerra con el Ecuador y demás armamento bélico. A inicios de junio de este año, el gobierno peruano informó que llegaron al país unos USD 16 millones adicionales provenientes de Suiza.

Un cálculo hecho por este Diario, luego de revisar expedientes y conversado con fuentes vinculadas a los procesos de recuperación de activos, arroja que hay un aproximado de USD 30 millones de la mafia de Montesinos y sus operadores que están pendientes de ser repatriados. El dinero se encuentra congelado y están en Suiza y Luxemburgo. Es en este último país donde están las dos últimos cuentas bancarias que se le conoce al exasesor, depositadas en los bancos The Blue Ridge Trust y The Hudson Trust, que en total suman unos USD 15 millones.

Los principales actos de corrupción de la red de Montesinos se centró en las compras militares y el desfalco de la caja de pensiones del Ejército. (Foto: Archivo El Comercio)
Los principales actos de corrupción de la red de Montesinos se centró en las compras militares y el desfalco de la caja de pensiones del Ejército. (Foto: Archivo El Comercio)

Los traficantes de armas Rony Lerner e Ilan Weil Levy, integrantes del llamado grupo “Los Judíos” y titulares de esas dos cuentas bancarias, contaron a las autoridades peruanas que el dinero en Luxemburgo era en realidad de Montesinos y tenía como propósito un fondo de contingencia para financiar la campaña a la re reelección de Alberto Fujimori.

A los USD 16 millones que la fiscalía de extinción de dominio ha podido repatriar este año, se suman también USD 15 millones que Alberto Venero, confeso testaferro de Montesinos, tenía en Suiza de la offshore Wilborn International Corp. Esto, luego de que llegara a un acuerdo extrajudicial con los representantes del Ministerio Público. Venero reconoció en tribunales que USD 4 millones de esos fondos eran de comisiones ilícitas por la compra de 18 aviones MIG-29 a una empresa estatal de Bielorrusia.

En los aproximadamente USD 30 millones (la cantidad depositada en las cuentas bancarias más los intereses) que faltan repatriar figuran nombres de testaferros y traficantes de amas como Evgeny Ananev, Yuri Khozyainov y James Stone que triangularon la compra de aviones de guerra. O el empresario israelí Moshe Rothschild, el mayor vendedor de armamento durante la década del noventa. De igual modo, familiares del ex Comandante General de la Marina de Guerra, Antonio Ibárcena Amico.

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