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¿Puede la DEA desarticular la pandilla más grande de Panamá?

¿Puede la DEA desarticular la pandilla más grande de Panamá?

¿Puede la DEA desarticular la pandilla más grande de Panamá?
Fuente: INSIGHT CRIME (Ver Noticia Original)

Agentes antidrogas y autoridades estadounidenses en Panamá han atacado recientemente a una de las pandillas más grandes del país, revelando su capacidad para coordinar los envíos de drogas hacia el norte. Pero el grupo, conocido como la banda de Bagdad, puede no ser capaz de soportar la presión de la investigación.

Luego de una investigación de más de un año, las fuerzas de seguridad de Panamá y la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, llevaron a cabo una serie de operativos contra Bagdad, en la denominada Operación Neptuno. En medio de estas se puso en custodia a por lo menos 20 presuntos miembros de la banda criminal, entre ellos varios conectados con la masacre en la prisión La Joyita, ocurrida en 2019, y que dejó 15 muertos.

La investigación fue exhaustiva. Fuentes informativas panameñas reportaron que los investigadores siguieron a los pandilleros, intervinieron sus teléfonos e identificaron sus propiedades, empresas fachadas y cuentas bancarias. También rastrearon las rutas que usaba el grupo en el océano Pacífico para mover cocaína hacia el norte, para pasarla a otros actores criminales.

Bagdadestá conformada por una “federación” de 30 a 40 bandas más pequeñas, que siguen las órdenes de Jorge Rubén Camargo Clarke, alias “Cholo Chorrillo”, quien habría sido encarcelado por cargos de homicidio y pandillerismo, pero fue excarcelado en 2018.

Un avance clave en la investigación se logró a finales de 2020, cuando las fuerzas de seguridad tuvieron vigilada la fiesta de cumpleaños de la novia de Camargo Clarke, a la que asistieron la mayoría de líderes de Bagdad. Esa misma noche, se realizaron varios operativos sorpresa. Uno de ellos a la casa de la hermana de Camargo Clarke, como informó Panama Press, pues los fiscales creen que ella maneja las finanzas de Bagdad y aparece como presidenta o representante legal de muchas de sus empresas fachada.

En su casa, los investigadores hallaron un cuaderno con una lista de agentes de policía que presuntamente estaban en la nómina de la pandilla. Un agente incluso atendía la seguridadde la fiesta y había estado pasando información a Bagdad sobre los movimientos de la policía, según Panamá América.

Pero en los operativos no se logró la captura de Camargo Clarke, de quien se sospecha, como declararon fuentes de inteligencia a La Prensa, que huyó del país con otros altos miembros de Bagdad.

Análisis de InSight Crime

Una investigación como estas, de largo aliento y coordinada por la DEA, apunta a que Bagdad ha llevado una trayectoria de crecimiento hasta convertirse en un eslabón crucial de la cadena transnacional de la cocaína entre Colombia y Estados Unidos.

Aunque Panamá ha ido aumentando su importancia como país transportista, tanto hacia Europa como a Estados Unidos, el interés especial de la DEA en la pandilla es un indicio importante.

El grupo ha pasado de ser una pandilla de “tumbadores”, o ladrones especializados en robar drogas de otros grupos, a controlar los cargamentos de cocaína que cruzan Panamá.

El grupo actúa con particular brutalidad dentro de las fronteras panameñas, y es capaz de causar estragos en la población civil y perpetrar masacres en prisión. Según autoridades panameñas, Bagdad también controla cerca del 50 por ciento de las ventas domésticas de drogas en el país, junto con su rival, Calor Calor.

Bagdad ha demostrado ser capaz de coordinar sofisticadas operaciones de transporte terrestre y marítimo por Panamá. Uno de los miembros del grupo, alias Dutary, dirigió la distribución y el transporte de estupefacientes por el archipiélago de Las Perlas y Boca la Caja, para lo cual reclutó a pescadores en sus operaciones en calidad de informantes y mensajeros, a cambio de combustible.

Más aún, el grupo ha logrado imponer su control en territorios claves del país. Según un fiscal, Bagdad no solo ha mantenido control sobre sus plazas fuertes tradicionales en los barrios de Curundú, El Chorrillo y Santa Ana, en Ciudad de Panamá, sino que también se ha expandido, consolidando el control sobre Boca la Caja y San Miguel, y más allá de la capital hasta las provincias de Panamá Oeste y Veraguas.

Lo que puede ser aún más revelador es que las autoridades admitan que el grupo ha logrado cooptar las fuerzas de seguridad del Estado. Panamá Press informó sobre las acusaciones de que agentes de policía hallados en la nómina de Bagdad ayudaron a los pandilleros a evitar ser capturados y a planear operaciones de narcotráfico.

“Bagdad no es una banda ni una organización criminal, es una corporación criminal con todas las capas económicas y lavadores de dinero necesarios para cometer delitos a nivel nacional, así como los tentáculos y la asociación con corporaciones criminales extranjeras”, fueron las palabras de un fiscal asignado al caso, recogidas por el medio.

Pero la Operación Neptuno no es solo un símbolo de prestigio criminal. Atraer el interés activo de la DEA y de otras autoridades estadounidenses, muchas veces ha sido el golpe de gracia para otros grupos narco en Centroamérica, como lo evidencian los Huistas y los Lorenzana en Guatemala y Los Valle en Honduras.

Y siguen los Cachiros, cuya posición al momento de su caída se parecía mucho a la que tiene Bagdad actualmente. En 2013, la DEA mostró especial interés en los Cachiros, uno de los mayores grupos transportistas de Honduras. Lo que siguió fueron una serie de decomisos, arrestos y presión financiera, además de esfuerzos por desarticular la red de corrupción en la policía que auxiliaba al grupo, todo lo cual tiene paralelos con los actuales operativos en Panamá. Las autoridades hondureñas incluso llamaron los decomisos con el mismo nombre: Operación Neptuno.

Para 2015, los líderes de Los Cachiros estaban negociando su entrega con la DEA.

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